viernes, 6 de febrero de 2009

Hacer de la enfermedad un arma. Homenaje a SPK


¿Qué tenemos que entender hoy día con la expresión "sentirse bien" que responde tanto a una fórmula de cortesía como a todo un patrón de conformismo?

Pues bien, yo creo que cuando empleamos la fórmula "sentirse bien", ya sea que la expresemos hacia afuera, ya sea que se trate de una conversación interior, un intento desesperado y frustrado de antemano, de encajar suavemente en algún lugar, lo que hacemos es inscribirnos en el registro más profundo del sufrimiento y de las soledades. "Sentirse bien" quizá sea el fragmento de habla más sintomático de nuestro profundo malestar. "Sentirse bien" es una fórmula del todo negativa, un punto de partida para autoconvencernos y convencer a los demás de que todavía somos un sujeto, un lugar identificable y accesible, pero cuyos efectos son el ahondamiento en la precariedad en que consistimos, o en que nos hacen consistir las condiciones de vida/infravida actuales. Quizá el sujeto sea precisamente eso: un lugar confuso y precario, triste y ruinoso por el que poder transitar. Como una casa encantada pero con unos fantasmas mucho más bochornosos porque ni siquiera producen hilaridad. Un lugar desde el que poder enunciar nuestra falsa soberanía y mediante el cual el poder enuncia su victoria, "estoy bien", estupendo entonces, sigamos así. También el "sentirse bien" constituye la expresión o el coronamiento del individualismo promovido por el liberalismo económico, aunque quizá esto ya esté implícito en todo lo dicho anteriormente, pues todos los "sentirse bien" reflejados unos sobre otros no nos da otra cosa que la conformidad con el mercado. Yo considero que el modo en que funciona esto es algo parecido a lo siguiente: uno pregunta por cortesía cómo está el otro, pero en todo momento se trata de una pregunta retórica (porque la cortesía es ante todo anticipación de la respuesta social). No se espera más que el propio reflejo, no se espera más que escuchar el propio eco de nuestra simulación. ¿No constituye un engorro o un atrevimiento contestar con un "estoy mal" a la pregunta de rigor por excelencia? ¿y no es así sino simplemente porque una respuesta de esa índole desencadenaría el mecanismo que revelaría nuestra propio fracaso y nuestra propia frustración e impotencia? Sin embargo en ningún momento el otro constituye un reflejo perfecto de uno mismo sino que existen desfases, intervalos que el poder rellena con el mercado y con las ilusiones que genera. De modo que algo como una diferencia, que podría dar lugar a un auténtico devenir, como dos piezas que al no terminar de encajar se deslizan continuamente la una sobre la otra, alrededor de la otra, por debajo de la otra, en un movimiento de producción y ruptura continuos, se convierte en una ocasión para generar de golpe, inyectando pegamento en los intersticios, todo un conjunto estático de diferencias de nivel que frenan el movimiento transmutador, para priorizar un movimiento de conquista extensivo (quiero más de eso que no tengo, un coche más grande, una casa más grande o más lujosa, una esposa con más tetas, o la esposa quiere más tetas que su vecina). Incluso hasta hoy la lucha de clases más institucionalizada no ha consistido más que en ese movimiento extensivo, expansivo que pretende una falsa equiparación, un movimiento que ahonde en el malestar.

Habría por tanto que empezar por decir, "estoy mal", pero no desde la posición del enfermo-víctima que se presta a introducirse en los procedimientos de normalización del poder médico y político, sino desde la posición de quien ha tomado en consideración el profundo malestar que nos aqueja, y para el que solo vislumbra una salida auténtica, es decir una huida que arrastre todo consigo: una Revolución. Porque la Revolución con mayúsculas, como yo lo escribo, no puede hacerse jamás apuntando hacia algo que esté dentro de esta malla infame de poderes (el mejoramiento, el progresismo), sino persiguiendo el borde, lo exterior, el afuera, entrenando los sentidos para crear la visión necesaria para ello.

1 comentario:

  1. Hola compañero, te he contestado en el blog de la Sección Sindical de Laya Producciones. De todos modos puedes acercarte por el sindicato cuando quieras. Hoy hay una charla a las 20h sobre economía.

    Salud y un abrazo!

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