viernes, 7 de noviembre de 2008

El uso de la violencia


Amigos y lectores.
Este post corresponde al fragmento de una entrevista que le hicieron a Toni Negri en la Vanguardia/rebelión, el 26 de noviembre de 2004. En él defiende explícitamente la posesión de armas por la multitud como garantía de la paz. Voy a poner el enlace a la entrevista y el pequeño comentario que me ha merecido a raíz de los ataques que le hacen a Negri por mantener esta postura.

http://www.nodo50.org/tortuga/Toni-Negri-La-Multitud-deberia

P: Y usted apuesta por las multitudes...

T.N: Por la multitud como multiplicidad de singularidades con capacidad de reconocerse en lo común, de expresar autónomamente sus razones. Y eso es inteligente. Esa potencia existe y hemos de desarrollarla hoy.

P: Y si no, ¿qué?

T.N.: Si no, el imperio: es decir, el gobierno global que el mercado global precisa. Y, así, ¡siempre alguien decidirá sobre nosotros! Alguien decidirá las guerras, por ejemplo.

P: No sé si eso podrá tener nunca remedio...

T.N.: Sí: la multitud debería disponer de las armas. Que todos podamos tener armas libremente, como sucede en Estados Unidos...

P:¿Habla en serio?

T.N.:Sí. Ya sé que eso puede tener sus efectos negativos, como el caso de Columbine..., ¡pero está claro que la única defensa democrática es la resistencia desde la comunidad! Es la garantía de la paz, de evitar guerras hechas hoy por ejércitos que, integrados por mercenarios, actúan como policía mundial.

Y aquí mi respuesta a los post en el que se le ataca:

¿Cómo conquistar un espacio de éxodo? Yo creo que yerra el compañero que establece la total aleatoriedad de las determinaciones del concepto de multitud en Toni Negri. Y precisamente contra la opinión de otro compañero de los que ha posteado, la defensa de la posesión de armas (que no del uso arbitrario) dibuja el marco determinista difuso en que la multitud actúa. Me explico, ¿cómo va la multitud a conquistar un espacio de éxodo, cómo va la multitud a arrebatarle a la cuadriculación política del mundo un espacio de libertad, si no es generando una fuerza potencialmente destructiva? Ni siquiera Spinoza pudo escapar a las determinaciones negativas de la multitud y tuvo que abogar una y otra vez por la existencia dentro de la comunidad de una fuerza represiva de lo desintegrante. ¿Han vivido alguna vez una experiencia de ocupación y desalojo? Pues imaginen eso a una escala global...Y después de reflexionar sobre ello, me vuelven a contar si es preciso o no generar potencias intimidatorias para escapar al Imperio...Por cierto, la experiencia histórica española en la Guerra Civil es un ejemplo bastante taxativo de cómo la posesión de armas por la multitud facilitó la anarquización de grandes espacios y de cómo su posterior usurpación constituyó una traición a la Revolución y finalmente el triunfo del fascismo.

5 comentarios:

  1. Bueno, lo que pasa en que en la Guerra Civil tomaron las armas los que debían, con las intenciones adecuadas (casi siempre). A mí no me gustan los que ven tan claro que no se debe dejar a la gente tener armas, porque entonces qué, que las use la policía, ¿no? O todos o nadie, que un policía no tiene mejor idea que yo de cómo debe usarse ese poder. Pero, al mismo tiempo, pienso en este mundo, este, y todos con armas, y no sé, tiemblo... porque es que yo creo que los cabrones son mayoría, la verdad. Y creo que un arma es algo válido en alguien que sabe cómo usarla, pero me temo que muchos, en este mundo donde se trata de quién pisa a quién, se utilizará para ganar poder y desatar angustias sobre unos cuántos. Entiendo a Negri, dice algo que hay que decir. Pero es que la multitud no es la multitud, ese es el problema. La multitud toma las armas cuando las necesita como multitud (y cuando encuentra cómo hacerlo, claro está)y tiene que luchar para hacerse con el poder. Pero si legalizas el uso libre de armas lo que tienes es a un montón de fascistas pequeñitos ahora algo más hinchados porque tienen una pistola en la chaqueta. Y por "fascistas" no aludo solamente a los de la derecha, aludo a toda la gente que vive jodida por un mundo que les putea a cada segundo y que viven deseando soltarle la mierda a alguien, desatar su poder sobre algún otro que la pague por ellos. Simplemente, me refiero a mucha gente puteada, frustrada, llena de odio. No vivimos en un mundo en el que, si legalizas el uso de armas, la multitud va a unirse para usarlas en su defensa, derrumbar el régimen e instaurar otro más justo, o como quieras denominarlo. Vivimos en uno donde desde que naces te enseñan que la ley es la soledad (lo cual no deja de ser cierto, pero no en el sentido en que se dice)y que tienes que crecer compitiendo, peleando, luchando, y que para hacerte valer tienes que crecer sobre otros. A mí añadir armas a esto no me suena bien.
    Vaya todo esto dicho a casi la 1 de la madrugada y en un estado anímico no muy bueno, eh. Salud...

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  3. estimado señor, ruben garcia lopez, me sorprenden sus palabras, quizá debió abandonar sus lecturas de "la divina comedia" un pelín antes pues veo que le ha dejado una huella un poco temerosa del infierno....
    Le comprendo y se explica ud muy bien. Pero hablamos de revolución, no de un estado de cosas ya dadas por concluidas y que merezcan alguna pequeña modificacion. Hablamos de un cambio radical, y este sólo puede ser violento.... como violenta es la represion que a diario acontece sobre nuestro cuerpo. Revisar "vigilar y castigar" de Foucault...
    jantipa miliciana del comite de ultraviolencia de cualquier evento

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  4. Jeje, vaya, pues tal vez sí, ahora que lo dices...
    Vamos a ver: una revolución precisa de armas, y es la "multitud" (vamos a usar el término de Negri, ya que de él hablamos) quien debe tenerlas, porque se trata de luchar contra aquellos que tienen el poder, arrebatárselo, y no se van a dejar. Vale. Pero, ¿si tú legalizas las armas ahora la gente va a ir a tomar el poder? Como dice un tipo en el foro que enlaza Chi, yo no veo que en EE.UU. eso haya pasado, más bien lo que veo es que hay un montón de gente dispuesta a disparar a la mínima, y que para colmo muchos de ellos pertenecen a la derecha más reaccionaria. Es lo que pasa cuando la frustración es el pegamento social. Claro que la multitud debe tener las armas, pero es que, como dice Manuel Delgado, Negri al final siempre es moralista. La multitud de Negri es un funcionamiento bien determinado de la colectividad, la multitud no es simplemente la gente, es la gente unida en una cierta comunidad y que se alza contra quienes la sojuzgan. Negri no es que no haya entendido a Spinoza, es que su concepto de multitud es simplemente otro. La multitud para Negri es lo que de bueno y deseable hay en la de Spinoza; lo que no, ya se llama de otro modo, supongo. Traduciendo: si legalizas las armas ahora, las armas no van a la mano de la multitud, no van a las manos de la revolución.
    El caso es que sí, hacen falta armas si se quiere revolución. Pero de ahí a decir que habría que legalizar su uso hay un buen trecho, porque la revolución la hace una multitud decidida a hacerla, mientras que yo eso, por lo menos en estos lares, no lo veo, mientras que sí veo cada día a gente rabiosa y desesperada a la que no me gustaría saber armada.
    Al mismo tiempo, sin embargo, ya que lo dices- y que algo he pensado el asunto con la almohada- ¿la posesión de las armas no llevaría tal vez más rápido a la formación de una multitud? Figúrate si hubiese habido armas en la calle Génova tras el 11M, el sábado anterior a las elecciones. Ahí, para Negri, había multitud. Si hubiese habido armas, ¿tal vez esa multitud hubiese ido más lejos de lo que fue, hubiese hecho algo más que poner a Zapatero en el poder?

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  5. Estimado Sr. García,
    Estoy por completo de acuerdo con lo que apuntas acerca de la posesión de armas en un conjunto que no es multitud. De hecho considero que no es que sea conveniente que se conceda el derecho a la posesión de las armas, sino precisamente que la toma de las armas es una condición indispensable para que la multitud devenga verdaderamente revolucionaria. Eso es lo que sucedió en la Guerra Civil española, que los individuos no esperaron a que se decretara su derecho a poseer armas, sino que las tomaron por su cuenta. A mí me parece harto sospechoso que un Estado otorgue a sus ciudadanos el derecho a la posesión de las armas, pues eso es indicativo de que no constituyen ninguna amenaza para el poder establecido. Si las armas se toman contra el Estado, tomarlas de manos del Estado supondría más bien una consolidación de su poder, pues en situaciones en las que el pegamento social es la frustración, la violencia se expresa siempre en estallidos de frustración y no de construcción. Con toda esta entrada sólo quería recalcar las insuficiencias de una visión pacífica de la Revolución, una visión que quizá sería más apropiado tildar de reforma.

    Pero bueno, creo que hay que seguir gritando con DEF CON DOS, ¡¡Armas pal pueblo!!!

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